El cannabis medicinal y sus principales componentes, los cannabinoides, han demostrado efectos terapéuticos en diversas áreas de la salud, especialmente en el control del dolor, las náuseas, la rigidez muscular y ciertos trastornos neurológicos.
Los efectos terapéuticos de los cannabinoides se deben principalmente a su interacción con el sistema endocannabinoide del cuerpo, un sistema que nos ayuda a regular diversas funciones como, por ejemplo, el dolor, el estado de ánimo y la respuesta inmune.
Los cannabinoides se unen a receptores específicos llamados CB1 y CB2. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el sistema nervioso central, incluyendo el cerebro y la médula espinal, mientras que los CB2 están más relacionados con el sistema inmunológico y el sistema nervioso periférico, es decir, el que conecta el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo. Cuando estos receptores son activados, el sistema endocannabinoide también lo hace, y está es la razón por la que los cannabinoides pueden ayudar a aliviar síntomas como el dolor y la inflamación.
A continuación, se enumeran algunas de las formas en que el uso de cannabinoides puede beneficiar a nuestro organismo.
1. Estimulante del apetito y antiemético.
Los cannabinoides, al activar los receptores CB1, aumentan el apetito y tienen efectos antieméticos.
Un ejemplo de esto, es el control de náuseas en pacientes sometidos a quimioterapia (Brisbois et al., 2011; Tramèr et al., 2001).
Asimismo, un derivado del cannabis: el dronabinol, ha mostrado mejorar la ingesta de alimentos en pacientes con VIH, al incrementar la grasa corporal y el apetito mediante la activación de los receptores CB1 en el hipotálamo (Beal et al., 1995).
- Propiedades en enfermedades neurológicas.
El efecto antiinflamatorio y neuroprotector de los cannabinoides permite su uso en el tratamiento de esclerosis múltiple y epilepsias resistentes.
En el caso de esclerosis múltiple, se recomienda el uso del nabiximol (que comercialmente es vendido bajo el nombre de Sativex®️), este se compone de dos activos principales: el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), los cuáles al combinarse, están diseñados específicamente para tratar la espasticidad (rígidez muscular) que provoca esta enfermedad, dado que son capaces de regular la excitabilidad glutamatérgica (Rog et al., 2005).
De esta misma forma, el cannabidiol (CBD) puro, contenido en el medicamento Epidiolex®️, ha sido aprobado para tratar el síndrome de Lennox-Gastaut y Dravet, aunque su acción anticonvulsiva no está completamente clara (Devinsky et al., 2017).
- Uso en pacientes con cáncer.
Si bien el uso principal en cáncer es paliativo, existen investigaciones sobre propiedades antitumorales del cannabis. Estudios in vitro e in vivo han sugerido que los cannabinoides inhiben la proliferación de células tumorales y favorecen la apoptosis, es decir, la muerte programada de ciertas células necesaria para mantener un equilibrio en el organismo, mediante la activación de receptores cannabinoides (Guzmán, 2003). Sin embargo, aún se requieren más estudios para establecer la eficacia clínica que puede tener el cannabis como tratamiento antitumoral.
- Efectos en el control del dolor.
Los cannabinoides tienen propiedades analgésicas al activar los receptores CB1 y CB2 en diferentes niveles del sistema nervioso, lo que significa que pueden ayudar a aliviar el dolor. Esto ocurre porque activan los receptores CB1 y CB2 en diferentes partes del sistema nervioso, lo que a su vez disminuye la transmisión del dolor y reduce la inflamación (Abrams et al., 2007).
Su uso ha sido respaldado para tratar el dolor crónico que puede ser causado por condiciones como neuropatía, cáncer y esclerosis múltiple. Sin embargo, las recomendaciones sobre su uso pueden variar dependiendo del tipo de dolor que se esté tratando. Por ejemplo, las guías de la BMJ (2021) sugieren que se utilicen el CBD y el THC de manera gradual en casos de dolor crónico, especialmente cuando otros tratamientos no han sido efectivos.